
¡Hola!
Author
Evelyn García
Date Published
" nosotros somos el barro y tú el alfarero. Todos somos obra de tu mano." Isaías 64:8
¿Alguna vez has fijado tu mirada en cómo el alfarero puede tomar una pequeña porción de tierra y, de manera muy hábil, transformarla en algo hermoso? Si tu mente tiende a divagar como la mía, ¿alguna vez te has preguntado qué podría sentir ese pequeño montón de barro mientras es lanzado, apretado y girado en el torno del alfarero? Si pudiera hablar o incluso sentir, ¿te imaginas cuán doloroso podría ser, la presión que debe soportar para ser moldeado conforme a lo que el artista imagina?
Esa ha sido mi vida durante los últimos nueve meses. Durante este tiempo, he sido esa pequeña porción de tierra, tomada por el alfarero y moldeada conforme a lo que Él había soñado desde antes de la fundación del mundo.
Jamás, ni en mis sueños más locos, pensé que al decidir seguir a Jesús, Él me tomaría de la mano y me llevaría por un camino, un camino en el que tendría que aprender a conectar con mis emociones, someter mi voluntad a la Suya y dejar que guiara cada uno de mis pasos; en el que tendría que aprender a ser vulnerable y dejar que otros vean que, aunque cueste creerlo, soy humana, y por tanto puedo sentir miedo, vergüenza, incertidumbre, angustia y dolor. A lo largo de este año, con amor y paciencia, el Espíritu Santo me ha mostrado cuán terca puedo ser, cuán rígida se vuelve mi mente cuando se me pide hacer algo, y sobre todo, cuán lógica puedo ser para absolutamente todo.
Como el barro, me he resistido a cada movimiento. Al tratar de permanecer igual, puede que haya retrasado el proceso en más de una ocasión. Pero el alfarero, como todo gran artista, conoce el propósito de cada movimiento, exactamente cuánto tiempo necesita trabajar en ciertas áreas y qué puede dejarse para el final. Él sabe qué partes son desechables y cuáles son necesarias para moldear el barro en la hermosa obra de arte que ha planeado.
En estos últimos meses, he vivido momentos hermosos de gozo, pero también he sentido un dolor y una incomodidad reales, momentos en los que he tenido que rendirme y CONFIAR en que el alfarero sabe lo que está haciendo. Estoy lejos de estar terminada, pero quiero compartir contigo cómo estoy aprendiendo a depender de Dios, incluso cuando no entiendo Sus caminos.
Si tienes un poco de paciencia, me encantaría invitarte a acompañarme mientras exploro lo que significa, para mí, ser moldeada por Dios, cómo he ido aprendiendo (casi siempre) a rendirme a Su voluntad, y especialmente cómo acercarme a Él ha cambiado mi vida de formas que nunca imaginé. Si alguna vez te has sentido rota, confundida, perdida, ansiosa, temerosa, sin esperanza, avergonzada o rechazada, caminemos juntas y permitamos que nuestras vidas sean transformadas por el Creador.
Comentarios
Cargando comentarios…